El MANTEL DE LA SAGRADA CENA DE LA CATEDRAL DE CORIA

Mantel de la Sagrada Cena
de la Catedral de Coria
EL MANTEL DE LA SAGRADA CENA
¿ESTÁ EN LA CATEDRAL DE CORIA?


Los primeros cristianos tenían muy claro lo de la veneración, hasta compulsiva, de las reliquias. Sobre todo las de los Mártires como testigos que fueron del seguimiento del Señor culminándolo en la propia victimación.

Creció tal sentimiento devocional que lo arrastraría a un desbordamiento generalizado durante la Edad Media.

ANTECEDENTES EXTREMEÑOS

Para las gentes de nuestra tierra mucho han supuesto las Reliquias. Ser el corazón de su religiosidad popular.

En tierras extremeñas de las Villuercas las encontradas en distintos puntos de las mismas imprimieron fuerte huella mariana (Virgen de Guadalupe). Celebraciones especiales en honor de los santos patronos (Fulgencio, Florentina, etc.).

Nos tememos que en entrañas de sierras o recovecos de hondonadas sigan aportando la condición de escondrijos de otras muchas reliquias, transportadas en la huída por clérigos sevillanos.

Nadie se atreverá a negar lo que acarreó, y sigue haciéndolo, el sagrado Icono de Guadalupe allí descubierto.

Para historiadores de la talla del Dr. Demetrio Mansilla Reoyo, Icono, Basílica, Puebla constituyeron el Templo Nacional. Templo Nacional de la Hispanidad y con el título de Hispaniarum Regina se coronó.

Los caminos que a dicho templo conducían se llenaron enseguida, en peregrinación, de santos y reyes, obispos y clérigos, místicos y guerreros, frailes y mendigos, monjas y enfermos, niños y abuelos, necesitados de todo y maleantes camuflados2.

BERZOCANA. OTRO TESTIMONIO

¿Qué decir de la acción de los clérigos placentinos con las también halladas en referidos vericuetos, concretamente en los de Berzocana? En el templo parroquial de esta localidad se construyó la conocida Capilla de los Santos. También pudo ser de las Reliquias.

La Gran Enciclopedia de Extremadura ofrece los siguientes párrafos de dicha capilla, expresión de lo que supusieron el culto a las mismas:

“Es una construcción pétrea de dos pisos; cobija el inferior, sostenido por dos columnas toscazas, el retablo protobarroco con las imágenes de los santos cuyas reliquias se conservan en la parte alta; ésta, de origen jónico, se remata con bóveda gallonada recubierta de madera en el interior. Su retablo oculta el arca donde se contienen los venerados huesos, caja cubierta troncopiramidal y remate de una cruz fabricada en ébano con taraceas de nácar y marfil aúreas”3.

El siguiente desvela la razón de tanta magnificencia: “El templo parroquial es de enormes proporciones comparado con el número de habitantes que ha tenido. La razón aducida por muchos estudiosos es la gran cantidad de peregrinos que acudían a venerar y rezar a los patronos de la Diócesis Placentina en los siglos XVI y XVII”4.

El Dr. Andrés Ordax, director de la obra anterior, resalta la importancia que aquellos fieles, sin distinción de clases, tributaban a las santas reliquias: “En este conjunto de Berzocana, se sitúan en Sepulcro original, marmóreo y prácticamente oculto; un retablo clasicista en cuerpo bajo con imágenes de San Fulgencio, como Obispo y Santa Florentina, como benedictina con báculo, y un frontal de altar de Azulejería Talaverana con representaciones de San Isidoro, San Leandro, San Hermenegildo y Teodosia, (madre de San Hermenegildo y hermana de los otros santos)”. Sobre el altar figura el arca de las reliquias, notable pieza de ébano, nácar, marfil y oro efectuada con la técnica de taraceas, es una obra del último cuarto del s. XVI regalada a la Iglesia –según la tradición- por Felipe II5.

LAS RELIQUIAS OBJETO DE CONCILIOS

Un movimiento y mundo tan singular como era el de las reliquias, capaz de promover construcciones de tal envergadura y poner en peregrinación a tantos miles de personas, fue observado y tratado de encauzar por la Iglesia. También analizó igualmente leyendas ricas en candidez y contenidos imaginativos más que apoyados en realidades testificadas o comprobables.

Mezclados encontró en todo ello rigurosos elementos históricos con aquellos otros generados por la siempre activísima imaginación y religiosidad popular, que a veces se desarrolló sin mucho control.

La autoridad eclesiástica por ello lo trató en Concilios Provinciales o de otra amplitud. Con ello, a lo largo de los años, se ha purificado y ordenado este complejo mundo y eliminado lo que no se sostenía y elementos difíciles de admitir.

El Diccionario de Historia Eclesiástica de la Española ofrece esta reflexión: “El concepto de reliquias experimentó un cambio trascendental en la antigüedad. En Occidente se consideraba reliquia con todos los honores de veneración, no sólo los cuerpos de los santos, como en la actualidad, sino a cualquier objeto santificado por el contacto o presencia de los mismos o de sus sepulcros o de sus altares. Y estas eran las únicas reliquias veneradas fuera del mismo lugar de los santos sepulcros. La prohibición absoluta de abrir estos sepulcros, vigente en el Imperio Romano, estableció la costumbre de las llamadas blandea, pedazos de tela o algodón que había tocado los santos sepulcros; aceite de las lámparas que ante ellos ardían y aún fragmentos de tierra o piedra de aquellos lugares”. Continúa: “En Oriente no se respetaba y desde allí llegaron, verdaderas o supuestas reliquias de San Juan Bautista, San Esteban y de otros muchos santos: Lo atestigua el mismo San Agustín y también Orosio”.

A España igualmente llegan otras reliquias de Roma, Las Galias, mientras las de los Mártires Hispanos se esparcieron por toda la Península, particularmente en el siglo VII”6.
Por citar concretamente algún Concilio recordamos los de Toledo del 597 y Bracarense IV. Trataron de ello obispos como Osmundo, de Astorga; Braulio, de Zaragoza.

La devoción y delirio por las reliquias llegaron a tal extremo que el Concilio de Toledo indicado, en el can. 2 ordena haya en las iglesias, al menos, un clérigo ostiario que encienda de noche una luz ante las reliquias. El II de Zaragoza, can. 2, manda que sean probadas al fuego las procedentes de los arrianos. El III de Braga, can. 5, reprueba la costumbre de algunos obispos “de hacerse llevar en andas cuando ellos llevaban las reliquias en procesión”7.

LOS GRANDES Y LAS RELIQUIAS

Los extremeños fueron obsequiados con varias de las traídas o enviadas por algún Carvajal que se movía por Roma. Otro tanto hicieron obispos, reyes, hidalgos y otros nobles que se esforzaron en obtenerlas y obsequiar con ellas a catedrales y otras iglesias.

Contribuyó todo ello, para su buena conservación y facilitar la mejor veneración, a realizar bellas obras de orfebrería en oro y plata, nácar y pedrería y ricas maderas y trabajas con mimo.

Más aún. La abundancia de ellas en catedrales, abadías, monasterios e importantes santuarios, movieron a los responsables a realizar otras obras para exponerlas en su conjunto.

Muchas catedrales, por no decir todas, tuvieron Capillas llamadas de las Reliquias y otras muchas las siguen conservando. Para ellas se tallaron preciosos retablos relicarios y con estucos se fabricaron verdaderas filigranas.

No es difícil encontrar algunos o restos de los que fueron. Con alguna frecuencia he visitado y contemplado la existente en la parroquia de Santa María de Olmedo, el de El Caballero (Valladolid).

LA CATEDRAL DE CORIA Y SU CAPILLA DE LAS RELIQUIAS

Existía dentro del recinto catedralicio una capilla dedicada a San Pedro de Verona.

Un Obispo, procedente de tierras seguntinas, iba a tener mucho que ver con ella. El Canónigo Doctoral de la Catedral de Sigüenza fue elegido obispo de Coria. El Ilmo. Sr. Dr. D. Juan José García Álvaro convirtió la de San Pedro de Verona existente en Capilla de las Reliquias.

Llegó a la Diócesis el 30 de abril de 1751. Pocos años después – 1 de noviembre de 1755 – se dejó sentir, y mucho, el terremoto de Lisboa que afectó gravemente a la estructura catedralicia. Veinte personas murieron. Hubo muchos heridos que posteriormente fallecieron también.

Cuando se iniciaba el canto solemne del Evangelio del Día de los Santos acaeció el fenómeno sísmico que acabó con la Solemnidad Litúrgica, con bastantes vidas y con media catedral. Muchas piezas de las que formaban el conjunto monumental quedaron destruidas o tocadas: Torre, Capilla del Santísimo, bóvedas de la Capilla Mayor, sacristía, claustro, etc.

García Álvaro, que debería ser un obispo super activo, puso todo su empeño en impulsar el desarrollo de los trabajos de recuperación de lo destruido por el dramático fenómeno sísmico.

A sus expensas se realizaron las siguientes obras en la catedral: Construcción del Baptisterio; dio treinta y tres mil reales para el órgano nuevo y todo lo que llevaba colocarlo según proyecto.

La cantidad entregada por García Álvaro solo dio para realizar el arco y acomodo para situar el proyectado órgano.

Sería D. Juan Álvarez de Castro y Muñoz, su sucesor, obispo fusilado por los franceses en la Guerra de la Independencia, cuyo bicentenario se clausuró en Hoyos (Cáceres) el día 29 de agosto de 2009, quien regaló el referido órgano que sigue cumpliendo sus funciones.

Volvemos al obispo García Álvaro. Viniéndose abajo la Capilla de San Pedro de Verona pagó levantarla y reordenarla para ser la Capilla de las Reliquias de la maltrecha catedral cauriense.

Se pusieron en marcha las obras de recuperación el año 1783. La colocación de las tan repetidas reliquias en sus respectivos relicarios realizados en oro, plata, caoba, ébano, etc. en marzo de 1789.

Completada la Capilla Relicario siguen otras acciones. A petición del obispo mentor de la capilla se obtuvo la gracia de Altar Privilegiado para todos los altares del interior de la misma por concesión pontifica del papa Pío VI.

Cabe preguntarse ahora ¿se volcaría García Álvaro con la capilla porque estaba convencido de que allí se encontraba el Mantel de la Sagrada Cena?

ALGUNOS CONTENIDOS DE LA CAPILLA

Dejó para la posteridad buen estudio de ella el M.I. Sr. Arcipreste, Lic. Eugenio Escobar Prieto, al que habrá que acudir para entender el proyecto de García Álvaro8.

Ya está bien cumplido el siglo de la publicación en la que Escobar Prieto plasmó lo que él vio y estudió.

A ella pertenece este párrafo: “Afortunadamente se conservan Bulas, Sínodos Diocesanos, Estatutos, Actas Capitulares, Visitas Pastorales, Informaciones Jurídicas, Inventarios y Libros de Cuentas que dan vivísima luz a este punto”.

Remitimos a su estudio y prescindimos de dar más detalles para acercarnos al tema principal de este trabajo.

PRIMERA CRONOLOGÍA RELACIONADA CON EL MANTEL DE LA SAGRADA CENA

1. El dato más antiguo de esa pieza lo llamamos el de El Electo

Figura en el episcopologio cauriense un obispo como El Electo. ¿Qué ocurrió o tiene de especial El Electo? Pues que ha sido el primero que habla del Mantel. Antes de avanzar decir que el nombre auténtico del Obispo Electo era D. Alonso Domínguez.

¿Cuándo y cómo escribió o mandó hacerlo? Fue en Salamanca donde otorgó testamento el 24 de abril de 1043 y “manda a la Yglesia de Coria los tapetes e las mis almohadas para el cuidado de las Reliquias e del Cuerpo de Dios”.
2. El Segundo dato pertenece a Benedicto XIII (Pedro de Luna)

Escobar Prieto, por su parte, copió en latín un párrafo de la Bula de Pedro de Luna “Licet de cujus munere” que firmó en La Jana el 26 de julio de 1404. Lo resumimos y traducimos libremente: “En la Iglesia de Coria existe un arca con Reliquias de los Santos y con ellas una cierta parte importante de la digna y preciosa y salutífera Cruz del Señor. Llegan el día de la Invención de la Cruz fieles de remotas tierras a la Iglesia de Coria”. Reiteramos la interrogación que hicimos arriba ¿quién y desde dónde portó hasta esta Catedral de Coria dicha reliquia tan importante de la Cruz de Cristo?

Con este autor nos afirmamos en lo que indiqué casi al principio de esta comunicación. Dice él “que no considera inverosímil que muchas reliquias se trajeron para ocultarlas ante el avance de la invasión musulmana”9.

Tiempo, lejanía y muerte difuminan avatares y noticias hasta perder la memoria de ellos y sus localizaciones. Los que transportaron las Reliquias pensarían que iba a ser para un corto tiempo y aquí se alargó ocho siglos.

En Coria existía una vieja tradición que puede ser también respuesta a nuestra pregunta. Se decía así en la vieja ciudad episcopal: “que un obispo de esta Iglesia trajo de Roma estas Reliquias”.

¿Qué obispo fue? Esa tradición lo presenta tan indefinido que lleva a pensar en varios. Los obispos anteriores a la invasión generaron pocas noticias. De algunos sabemos su asistencia a concilios toledanos, emeritenses y poco más.

3. Conjunto de fechas y obispos que visitaron canónicamente la Capilla

Noticias Históricas en la pág.14 presenta un elenco de obispos que visitaron Las Reliquias antes y después de que García Álvaro levantase la destinada a ellas. Escobar Prieto ha encontrado y recoge en Noticias Históricas los siguientes obispos y fechas:

D. Diego Enrique de Almansa, íntimo amigo de San Pedro de Alcántara, las visita en 1559.

D. Diego de Deza en 1570.

D. Pedro Serrano en 1577.

D. Pedro García de Galarza en 1584, 1594 y 1597.

Frey Juan Roco de Campofrío en 1638.

Este Roco de Campofrío habla de un obispo que vino de Roma y “las había traído pero su señoría no halló papeles ni testimonio alguno de ello y lo firmó”.10

Después de un siglo de lo escrito por Escobar Prieto tenemos que acudir a él porque conoció la Capilla de las Reliquias, estudió minuciosamente, enumeró las hornacinas-relicarios que existían con sus contenidos cuando se hallaba en todo su esplendor.

Destacaba la importancia que tenía el relicario en forma de custodia, de plata, existente en la hornacina del lado de la epístola por contener reliquia del Patrono Principal de la Diócesis con la Virgen de Argeme, patrona de Coria. Mucho antes, el 30 de diciembre de 1674, la entregó a la S.I.C. de Coria Fray Diego de Angulo, Comisario General de los Franciscanos Descalzos.

DOS RELIQUIAS SOBRE TODAS LAS DEMÁS

Entre las más valoradas serán dos: Lignum Crucis y Mantel de la Sagrada Cena. Nos ceñiremos tan solo a la segunda.

Por supuesto. Yo no tengo capacidad técnica ni para afirmar ni negar su identidad sacral. Ni su presencia en nuestra Catedral.

Entonces ¿qué? Pretendemos, como lo intentamos desde el principio, recoger y poner en orden datos, noticias, reportajes, etc. que hemos hallado, que afirman o niegan algo del estudiado mantel. También se encuentra sometido al estudio de la técnica actual.

Normalmente las reliquias más antiguas son las que menos pistas han dejado de su presencia. No digamos de su procedencia y llegada. Había poca rigurosidad en exigir las “auténticas”.

Así ha ocurrido con nuestra catedral. Así ocurre con el Mantel de la Sagrada Cena. Máxime cuando todo ha parecido girar en torno a la Sindone. Más tardíamente ha adquirido resonancia, hasta fuera de España, el Santo Sudario de Oviedo.

Por eso en Coria tenemos que acudir y repetir lo que ha dejado a la posteridad el Ilmo. Sr. Lic. D. Eugenio Escobar Prieto. Por sus cargos y tiempo que los ocupó, en obispado y catedral, le permitieron fácil acceso a la tan referida Capilla de las Reliquias observando y estudiando detenidamente relicarios, documentos, estatutos y otros elementos con referencias a los desaparecidos.

Seguros estamos que muchas indagaciones en el archivo catedralicio, hablando con las gentes enteradas de Coria, recuperando tradiciones de labios de los mayores, por su identificación con lo extremeño.

Por ello le hemos seguido en el desarrollo de este trabajo y ahora añadimos lo que él no conoció.

EL OBISPO QUE DECRETA SILENCIO Y EL CONDE QUE RESUCITA EL MANTEL

El Obispo D. Juan Álvarez de Castro y Muñoz, recordado por su fusilamiento a manos de los franceses en la Guerra de la Independencia, prohibió exponerlo a la veneración pública en el llamado Balcón de las Reliquias. ¿Causa? Que todos querían conseguir para llevar a sus tierras un trocito. Subiéndose unos encima de otros conseguían agarrarlo y sacar jirones del Mantel. Eso movió al Dr. Álvarez de Castro a decretar la prohibición indicada.

Con ello consiguió salvarlo y acabar con los alborotos que organizaban los mismos fieles con el ansia de obtener un trocito de la Reliquia.

El decreto episcopal consiguió dos cosas: a) que las gentes de lejanas tierras dejaran de peregrinar a la Catedral de Coria al no exponerse el Mantel; b) que todo cayó en total silencio y olvido. Todo eso se ha repetido hasta hoy desde el año 1791, año en que se firmó el decreto.

Así la situación, un conde investigador, Excmo. Sr. D. Miguel Muñoz de San Pedro, Conde de Canilleros y Vizconde de Peñaranda de Flores, ya hace años resucitó el tema del Mantel de la Sagrada Cena.11

Luego se han multiplicado los artículos, reportajes periodísticos, trabajos al estilo de los que se han hecho con la Sindone.

SEGUNDA RECOPILACIÓN Y CRONOLOGÍA DEL MANTEL. MÁS FECHAS, TEXTOS Y DATOS


1. Franciscanos

Cuando me he metido entre fechas y datos de distintos estudios observo que no tienen muy en cuenta y suenan poco las noticias que aportan las Crónicas y Memorias de las provincias franciscanas sobre el Mantel.

Unos y otros desconocen o han olvidado la relación que tuvo la Sagrada Reliquia con la Orden Seráfica en la extremeñísima Provincia de San Gabriel.

Debido a ello copiamos literalmente el siguiente párrafo tomado del Memorial de la citada Provincia del P. Juan Bautista Moles, O.F.M. en el capítulo 72 en el que habla de la fundación “de nuestro monasterio en Coria, han hecho y hazen el edificio desta casa los sobredichos señores Duques y la ciudad, justicia y regidores; y así mesmo éllos dan limosna para el mantenimiento necesario para doze o catorce frailes, que sustentan y bien allí de ordinario con muy buena guardianía, que con ello juntamente tiene. Gozan aquí todos los años por la fiesta de Santa Cruz de Mayo de ver una grande reliquia que tiene la Iglesia Catedral de esta ciudad, que es los Manteles en que Cristo Nuestro Señor cenó la noche de la Cena, sobre los cuales consagró su Santísimo Cuerpo y Preciosa Sangre. Los cuales están enteros y tan buenos, como si diez años acá fueran guardados, con aver tantos años. Muestranlos el sobredicho día con gran solemnidad y con otras muchas Reliquias”.12

Franciscano Menor es también Hipólito Amez el que en su obra “La Provincia de San Gabriel de la Descalcez Franciscana Extremeña” al referirse al Convento de San Francisco de Coria –su construcción se inició en 1563 y concluyó en 1575- tiene este concreto párrafo:

“El P. Gonzaga y el P. Moles nos dan cuenta de la conservación, en este convento de San Francisco de Coria, del Mantel de la Última Cena de Nuestro Señor Jesucristo. Afirman que se encuentra entero y en buen estado, que parece que hace unos diez años que se ha guardado. Esta Reliquia, como algunas otras que se muestran en el Convento hace que sean muchos los fieles que lo visitan el convento”.13

Fray Hipólito Amez lo toma de ellos y sintetiza.

2. Fecha y texto

Se debe a D. Sancho Dávila que fuera Tesorero y Deán de la Catedral de Coria. El 8 de octubre de 1597, siendo Obispo de Cartagena firmó una cesión para las obras de la Catedral de Coria, de una pensión que se reservó sobre el Deanato añadiendo “que fuese su primer pensamiento destinarla a la adquisición de un arca para los Manteles”.

Este obispo tuvo conciencia de la presencia del Mantel de la Sagrada Cena en la Catedral de la que había sido Deán.

3. ¿Dato técnico?

“Un tal Dr. Boch, peritísimo en estas materias – Escobar Prieto no aporta más identificaciones personales – añade que reconoció los manteles en 1867 atribuyéndoseles una antigüedad y afirmando al mismo tiempo que era oriental el tejido”14.

4. Dato

Lo requirió el obispo que sabía del Santo Grial por ser valenciano. Peris Mencheta (1894 – 1920).

Ignoramos si estaba escondida el arca que los contenía cuando llegaron los franceses arramblando con todo lo que tenía algún interés y les venía bien por su valor crematístico o artístico. Suponemos que el arca estaría a salvo.

Lo que sí interesaría saber es por qué en el siglo pasado este obispo se dirigió al Sr. Arzobispo de Colonia. Contestó éste así: “que en la Iglesia Abacial de los Benedictinos de Gladbach de aquella archidiócesis desde tiempos remotos se conserva una parte notable de estos manteles, de igual clase o tejido que el paño o toalla que el Señor se ciñó para lavar los pies a sus Apóstoles”. Respuesta que recogen articulistas.

EL MANTEL AHORA MÁS RESUCITADO

Varios periodistas y otros investigadores han seguido modernamente al citado Conde de Canilleros escribiendo del Mantel que se encuentra en Coria.

España posee piezas relacionadas con el Cristo que instituyó el Sacramento de la entrega total: a) Santo Grial. Con el que Cristo muerto y sepultado: b) Santo Sudario. Y ya entrado en liza, con cierta expectación, que aumenta, el Mantel de la Sagrada Cena de Coria. Si esto va avanzando en positivo, España sería tremendamente afortunada. Poseería las más importantes reliquias de los momentos definitivos del Señor. Y el Mantel entraría por la puerta ancha en el mundo de la sindonología.

Porque el Mantel guardado en nuestra Catedral sigue provocando interrogaciones. Para encontrarles respuestas aumentan investigaciones, recogida de datos, se ha dado paso a los técnicos, etc.

REPORTAJES PERIODÍSTICOS SOBRE EL MANTEL DE CORIA

Hacemos referencia de los que conocemos y por orden de aparición. Es muy posible que existan otros que ignoramos.



1º) Revista Año Cero, nº 10. Octubre del año 2000.

Don Rafael Arcón publicó un trabajo con estos títulos: “Las prodigiosas Reliquias Templarias de Alconétar” “El Mantel de la Sagrada Cena”. Recoge unas veces, alude otras en el suyo a leyendas que tienen como espacio natural e histórico el enclave templario de la desaparecida Alcónetar.

Como no podía ser menos el Mantel tiene referencias y conexiones con lo templario basado, sobre todo, en leyendas.

La literatura sobre esta Orden Militar, tan traída y llevada se ha escrito y divulgado de imaginación. Sólo habrá que observar o repasar la cantidad de títulos existentes en el mercado.

Las aguas del Embalse “José María de Oriol”, popularmente Pantano de Alcántara, han ocultado - ¿para siempre? – mucha labor arqueológica sin hacer. Por ende, muchos misterios: basílica paleocristiana, templo o templos paganos, etc. Cuando el embalse tiene agua, oculta la Torre de los Florines. Cuando hay sequía o mucha turbina, emerge la torre con su renovada leyenda.

El trabajo sobre el Mantel da, a mi juicio, demasiada importancia a las leyendas.

2º) La Gaceta (Fin de Semana, 28 – 29 de junio de 2008)

Con sugerente interrogación pregunta: “¿Cenó Jesús sobre el Mantel de Coria?” En la segunda página del amplio reportaje, con buena fotografía de la Catedral y con el pensamiento de Jachson pregunta de nuevo: “El Mantel de Coria, ¿estuvo junto a la Sábana Santa?”. En principio me agrada el itinerario cronológico que realiza el autor, Santiago Mata.

Tras repetir lo de las dos reliquias excepcionales, existentes en España, se formulan los de la Gaceta las preguntas antes referidas.

Comienza con fechas, datos, geografías hasta que la Sábana Santa, en manos de la Casa de los Saboya, es trasladada a Turín.

Resalta la del 26.VII.1404, fecha en que Benedicto XIII (Papa Luna) otorgaba la Bula en la que afirmaba la autenticidad del Mantel de Coria, aparecido en unas arcas en el subsuelo de la Catedral donde lo habrían escondido los Capitulares o clérigos caurienses antes del 711.

Se ignoran, no existen datos ni fechas que permitan afirmar que llegara con la Reconquista de 1142. Dos posibilidades se abren ante esa fecha: una, que lo trajera de Francia un Obispo de Coria. ¿Cuál? Navarrón asistió al Concilio de Reins en 1148. ¿Fue él?...

Otra, que llegara a la Catedral de Coria desde el Castillo de los Templarios de Alconétar, si es que estuvo en su posesión.

De las aguas y tierras de Alconétar partía, dejando la Vía de la Plata, la llamada Vía de la Dalmacia que pasa por la Caurium Romana.

La actual Catedral se construyó durante el período que va desde 1498 a 1748. Pero en 1755 el durísimo terremoto de Lisboa dio en tierra con buena parte del edificio, que hasta hoy mismo sigue con problemas originarios entonces.
Aporta, ya que el Alagón para por Coria, otros datos que tienen que ver con el Mantel.

Consecuencias de una Devoción no controlada: En 1791 debido a una devoción desenfrenada que causa desgarrones en el Mantel con el fin de llevarse a sus respectivas casas trocitos del mismo, el Obispo D. Juan Álvarez de Castro prohíbe y suspende la exposición pública de la Reliquia.

Con este motivo enumera algunos lugares a donde han ido a parar algunos trocitos del mismo que podrían proceder de Coria: Catedral de Viena, Clarisas de Monforte de Lemos, abadía de Monchengladba.

Recuerda, igualmente, el reportaje que en 1962 nuestro Mantel ya fue estudiado en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid con la conclusión así formulada: “Se trata de una tela de lino puro antiguo con tintura de índigo que no se conocía en Occidente antes del siglo XVI”. No se conservan los datos de Madrid.

3º) El Dr. Jackson se interesa por el Mantel

En 1978 este especialista es miembro del equipo de 30 investigadores de la NASA y Fuerza Aérea de los EE.UU., que estudiaron la Sábana Santa durante 120 horas y descubren la tridimensionalidad de la imagen existente en la misma. Los trabajos de éste han llegado hasta el Mantel y siguen.

Aventura el reportaje esta posibilidad: Que el Mantel pudo haber sido traído por alguno de los primeros obispos caurienses. Cita a Navarrón, claro. Pero antes que Navarrón hubo otros obispos. Al menos, los visigóticos.

Habla de otro y sucesor del anterior, D. Asuero, que vivió en Roma trabajando para el Papa Eugenio III. ¿Se refería la tradición aludida por Escobar Prieto – y que reseñamos en su momento – de que un obispo había traído de Roma muchas reliquias? No existen suficientes datos verídicos para afirmarlo pero tampoco para negarlo. Habría que verificar muchas cosas acera de estos obispos que ni pisaban la diócesis – hubo varios en Coria – pero solían hacer fundaciones a favor de olla, donaban joyas y reliquias, etc.

Lo que hemos dicho de Álvarez de Castro, no cabe duda, influyó en la situación actual. Escasa fama, silencio en torno, ha disminuido la valoración de las reliquias comparado con lo que fue en la Edad Media.

El Cabildo de la Catedral de Coria, obediente, no mostró más el Mantel. De ahí se siguió el silencio y olvido en que yace. Han conservado su memoria poco más que los caurienses y la mayoría muy poco enterados.

4º) La Catedral de Coria y el Mantel de la Sagrada Cena, su gran Reliquia.

Con el precedente título el ilustre profesor de Historia del Arte en la Universidad Extremeña, Dr. D. Francisco Javier García Mogollón, gran estudioso de la Catedral de Coria y Concatedral de Cáceres, también se interesa con serena crítica de unos y de otros datos, fechas, autores y colocados, diría yo, con riguroso orden. Dedica la última parte de su precioso artículo en la revista “Vivir en Extremadura”, al Mantel de la Sagrada Cena.

Como otros articulistas da las medidas del Mantel. Hace lo mismo con la fecha aproximada de su ejecución en el siglo I por ser de lino puro. Conclusiones, afirma él, a las que se llegaron por análisis llevados a cabo en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid en 1960.

Acepta también la conclusión de otros de que el Mantel se realizó en Oriente Próximo. Se hizo con una fibra que se usaba en tiempos de Jesús. Existen en él bandas cuyos extremos están teñidos con índigo natural del que hablan otros autores.

Con el índigo resalta la antigüedad del mismo. El índigo no se conocía en Europa hasta los inicios del siglo XVI que lo introdujeron los holandeses. Él remacha que el índigo era natural. Era usado desde la Antigüedad por el Pueblo Judío sedentario ya en Tierra Santa o Prometida.

Nos da a conocer que Plinio y Dioscoredes divulgaron el aprecio que los romanos tenían por los tejidos teñidos con ese producto. Cita Marco Polo que también daba noticias del mismo en el siglo XV.

Hace, como otros, recuento de los trozos existentes en otros lugares. Sentencia García Mogollón que sigue siendo un misterio “que la llegada a la antiquísima ciudad episcopal permanece envuelta en el arcano de los tiempos”.

Se apunta, como otros articulistas, a la hipótesis de que procede del gran tesoro perteneciente al Emperador Carlomagno “que recibió muchas piezas – reliquias de Constantinopla”.

Apunta la posibilidad de su advenimiento a Coria, conquistada ésta el año 1142, trayéndola de Roma o Francia”. El profesor se inclina casi como portador del Mantel por el Obispo Iñigo Navarrón por constar su presencia en el Concilio de Reims”. Trae a colación a D. Suero, que como otros muchos obispos de la época que tomaban posesión y dejaban las diócesis en manos de gobernadores eclesiásticos. Este en concreto trabajó en Roma a la vera de Eugenio III, que residió mucho tiempo en Francia.

El profesor recoge lo que opinan otros investigadores que se reafirman que fue traído desde Roma por un Obispo cauriense antes del siglo VIII. Como otros, alude al testamento del Electo que hablaba de las reliquias en el testamento fechado en Salamanca el 24 de abril de 1403. No podía dejar de tratar él de la Bula del Papa Luna que firma y expide en la Jana. La fecha de la Bula corresponde al 26 de julio de 1404. Recoge el dato de Benedicto XIII: “Las reliquias aparecieron en unas arcas, quizás después de 1370”. Esta fecha coincide con la aprobación del Estatuto Capitular y no hay en éste mención a las dichas reliquias ni, añade, tampoco se encuentra alusión a la fiesta de su veneración el tres de mayo, Invención de la Santa Cruz.

Ofrece otros datos que son bien indicativos: que se habrían ocultado antes por las noticias del avance de la invasión musulmana; o se ocultaron en momento posterior por un nuevo peligro ya posterior a la conquista de la ciudad en 1142.

Trata brevemente el tema de los dos Manteles. Sobre todo cuando se reúnen para la cena del Sabat, desde muy antiguo, los miembros del Pueblo de Dios usaban dos manteles. Llama la atención sobre casi plena coincidencia de dimensiones de este Mantel con las de la Sábana Santa Turinesca.

En Coria, como sabemos, el obispo diocesano lo mostraba a todas las gentes que venían desde muy lejos en el Balcón de las Reliquias y no se ha vuelto a repetir desde 1791 por disposición del obispo Álvarez de Castro.
En el futuro habrá que estudiar e incorporar las consecuencias de los estudios técnicos aplicados al Mantel de Coria. Personalmente me gustaría fuese un tercer objeto sindonológico.


GREGORIO CARRASCO MONTERO
Archivero de la Concatedral de Santa María de Cáceres

Nota a la presente edición. El domingo 5 de junio de 2005, solemnidad del Corpus Christi, a nuestra Cofradía le cupo el honor de portar procesionalmente la venerable reliquia del manrel de la Última Cena, trasladado a Cáceres, con motivo del año de la Eucaristía, desde la Catedral de Coria donde se conserva en su preciosa arqueta de plata, del que ofrecemos un amplio reportaje tomado por el mayordomo Serafín Martín Nieto.

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